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miércoles, 24 de junio de 2015

Vanguardias


El arte del siglo XX padeció una profunda transformación: en una sociedad más materialista, más consumista, el arte se dirige a los sentidos, no al intelecto. Igualmente, ha cobrado especial relevancia el concepto de moda, una combinación entre la rapidez de las comunicaciones y el aspecto consumista de la civilización actual. Surgieron así los movimientos de vanguardia, que pretendían integrar el arte en la sociedad, buscando una mayor interrelación artista-espectador, ya que es este último el que interpreta la obra, pudiendo descubrir significados que el artista ni conocía. Las últimas tendencias artísticas han perdido incluso el interés por el objeto artístico: el arte tradicional era un arte de objeto, el actual de concepto. Hay una revalorización del arte activo, de la acción, de la manifestación espontánea, efímera, del arte no comercial (arte conceptual, happening, environment)

Vanguardismo

En los primeros años del siglo XX se forjaron las bases del llamado arte de vanguardia: el concepto de realidad fue cuestionado por las nuevas teorías científicas (la subjetividad del tiempo de Bergson, la relatividad de Einstein, la mecánica cuántica); también influyó la teoría del psicoanálisis de Freud. Por otra parte, las nuevas tecnologías provocaron que el arte cambiase de función, ya que la fotografía y el cine ya se encargaban de plasmar la realidad. Gracias a las colecciones etnográficas fomentadas por el colonialismo europeo los artistas tuvieron contacto con el arte de otras civilizaciones (africano, asiático, oceánico), que aportó una visión más subjetiva y emotiva del arte. Todos estos factores comportaron un cambio de sensibilidad que se tradujo en la búsqueda de nuevas formas de expresión por parte del artista.


Arte Contemporáneo


Entre finales del siglo XVIII y principios del XIX se sentaron las bases de la sociedad contemporánea, marcada en el terreno político por el fin del absolutismo y la instauración de gobiernos democráticos –impulso iniciado con la Revolución Francesa–; y, en lo económico, por la Revolución Industrial y el afianzamiento del capitalismo, que tendrá respuesta en el marxismo y la lucha de clases. En el terreno del arte, comienza una dinámica evolutiva de estilos que se suceden cronológicamente cada vez con mayor celeridad, que culminará en el siglo XX con una atomización de estilos y corrientes que conviven y se contraponen, se influyen y se enfrentan. Surge el arte moderno como contraposición al arte académico, situándose el artista a la vanguardia de la evolución cultural de la humanidad.

Romanticismo

Movimiento de profunda renovación en todos los géneros artísticos, los románticos pusieron especial atención en el terreno de la espiritualidad, de la imaginación, la fantasía, el sentimiento, la evocación ensoñadora, el amor a la naturaleza, junto a un elemento más oscuro de irracionalidad, de atracción por el ocultismo, la locura, el sueño. Se valoró especialmente la cultura popular, lo exótico, el retorno a formas artísticas menospreciadas del pasado –especialmente las medievales–, y adquirió notoriedad el paisaje, que cobró protagonismo por sí solo. Cobraron también importancia las artes gráficas, principalmente la litografía y el grabado en madera.

En pintura, después de una fase prerromántica donde podríamos citar a William Blake y Johann Heinrich Füssli, destacaron Hubert Robert, Eugène Delacroix, Théodore Géricault, Francesco Hayez, John Constable, Joseph Mallord William Turner, Caspar David Friedrich, Karl Friedrich Schinkel, Philipp Otto Runge, etc. Una derivación del romanticismo fue el movimiento alemán de los Nazarenos, inspirados en el Quattrocento italiano y en el Renacimiento alemán, principalmente Durero (Friedrich Overbeck, Peter Cornelius, Franz Pforr). En España destacaron Genaro Pérez Villaamil, Valeriano Domínguez Bécquer, Leonardo Alenza y Eugenio Lucas.

Realismo

Desde mediados de siglo surgió una tendencia que puso énfasis en la realidad, la descripción del mundo circundante, especialmente de obreros y campesinos en el nuevo marco de la era industrial, con un cierto componente de denuncia social, ligado a movimientos políticos como el socialismo utópico. En pintura destacaron Camille Corot, Gustave Courbet, Jean-François Millet, Honoré Daumier, Adolph von Menzel, Hans Thoma, Ilya Repin y Marià Fortuny. Ligado al realismo estuvieron dos escuelas paisajísticas: la francesa de Barbizon (Théodore Rousseau, Charles-François Daubigny, Narcisse-Virgile Díaz de la Peña), marcada por un sentimiento panteísta de la naturaleza; y la italiana de los Macchiaioli (Silvestro Lega, Giovanni Fattori, Telemaco Signorini), de corte antiacadémico, caracterizada por el uso de manchas (macchia en italiano, de ahí el nombre del grupo) de color y formas inacabadas, esbozadas. En Gran Bretaña surgió la escuela de los prerrafaelitas, que se inspiraban –como su nombre indica– en los pintores italianos anteriores a Rafael, así como en la recién surgida fotografía, destacando Dante Gabriel Rossetti, Edward Burne-Jones, John Everett Millais y Ford Madox Brown

Arte de la Edad Moderna

El arte de la Edad Moderna –no confundir con arte moderno, que se suele emplear como sinónimo de arte contemporáneo  se desarrolló entre los siglos XV y XVIII. La Edad Moderna supuso cambios radicales a nivel político, económico, social y cultural: la consolidación de los estados centralizados supuso la instauración del absolutismo; los nuevos descubrimientos geográficos –especialmente el continente americano– abrieron una época de expansión territorial y comercial, suponiendo el inicio del colonialismo; la invención de la imprenta conllevó una mayor difusión de la cultura, que se abrió a todo tipo de público; la religión perdió la preponderancia que tenía en la época medieval, a lo que coadyuvó el surgimiento del protestantismo; a la vez, el humanismo surgió como nueva tendencia cultural, dejando paso a una concepción más científica del hombre y del universo.

El origen de la historia del arte como tal data del siglo XVI, considerándose las Vidas de Giorgio Vasari el texto inaugural del estudio del arte con carácter historiográfico. El método que siguió el erudito florentino era la biografía del artista. Esta metodología fue la que se impuso hasta el siglo XVIII, cuando el historiador alemán Johann Joachim Winckelmann inició un nuevo tipo de análisis del arte buscando en el desarrollo de las civilizaciones una evolución estilística.

Renacimiento

Surgido en Italia en el siglo XV (Quattrocento), se expandió por el resto de Europa desde finales de ese siglo e inicios del XVI. Los artistas se inspiraron en el arte clásico grecorromano, por lo que se habló de «renacimiento» artístico tras el oscurantismo medieval. Estilo inspirado en la naturaleza, surgieron nuevos modelos de representación, como el uso de la perspectiva. Sin renunciar a la temática religiosa, cobró mayor relevancia la representación del ser humano y su entorno, apareciendo nuevas temáticas como la mitológica o la histórica, o nuevos géneros como el paisaje, el bodegón e, incluso, el desnudo. La belleza dejó de ser simbólica, como en la era medieval, para tener un componente más racional y mesurado, basado en la armonía y la proporción.

Manierismo

Surgido igualmente en Italia a mediados del siglo XVI como evolución de las formas renacentistas, el manierismo abandonó la naturaleza como fuente de inspiración para buscar un tono más emotivo y expresivo, cobrando importancia la interpretación subjetiva que el artista hace de la obra de arte. La arquitectura adquirió un signo más efectista y de tenso equilibrio, destacando el polifacético artista Miguel Ángel, autor del ábside y la cúpula de San Pedro del Vaticano; Jacopo Vignola (Iglesia del Gesù); y Andrea Palladio, creador de un estilo propio (paladianismo), como vemos en la Basílica de Vicenza, la Villa Capra (llamada la Rotonda), San Giorgio Maggiore de Venecia, etc. En Francia surgió la notable Escuela de Fontainebleau. En España se produjo la arquitectura herreriana (por Juan de Herrera), estilo sobrio y sencillo, de formas simples y desnudas de decoración, de acuerdo a la doctrina contrarreformista que entonces imperaba; tuvo su máxima realización en el Monasterio de El Escorial.

Barroco

El barroco se desarrolló entre el siglo XVII y principios del XVIII. Fue una época de grandes disputas en el terreno político y religioso, surgiendo una división entre los países católicos contrarreformistas, donde se afianzó el estado absolutista, y los países protestantes, de signo más parlamentario. El arte se volvió más refinado y ornamentado, con pervivencia de un cierto racionalismo clasicista pero con formas más dinámicas y efectistas, con gusto por lo sorprendente y anecdótico, por las ilusiones ópticas y los golpes de efecto.

Rococó

Desarrollado en el siglo XVIII en convivencia a principios de siglo con el barroco, y a finales con el neoclasicismo–, supuso la pervivencia de las principales manifestaciones artísticas del barroco, con un sentido más enfatizado de la decoración y el gusto ornamental, que son llevados a un paroxismo de riqueza, sofisticación y elegancia. El progresivo auge social de la burguesía y los adelantos científicos, así como el ambiente cultural de la Ilustración, conllevaron el abandono de los temas religiosos a favor de nuevas temáticas y actitudes más mundanas, destacando el lujo y la ostentación como nuevos factores de prestigio social.

Arte Medieval

La caída del Imperio Romano de Occidente marcó el inicio en Europa de la Edad Media, etapa de cierta decadencia política y social, pues la fragmentación del imperio en pequeños estados y la dominación social de la nueva aristocracia militar supuso la feudalización de todos los territorios anteriormente administrados por la burocracia imperial. El arte clásico será reinterpretado por las nuevas culturas dominantes, de origen germánico, mientras que la nueva religión, el cristianismo, impregnará la mayor parte de la producción artística medieval.

Arte paleocristiano


Se denomina arte paleocristiano al efectuado por los primeros seguidores de esta nueva religión, primero de forma oculta, mientras aún eran perseguidos por el poder imperial, para pasar posteriormente, tras la conversión al cristianismo del emperador romano Constantino, a ser el estilo oficial del Imperio. Las formas clásicas fueron reinterpretadas para servir como vehículo de expresión de la nueva religión oficial, y se produjo una atomización de estilos por zonas geográficas.
Las artes figurativas inician el camino del arte medieval, eminentemente religioso, dando preponderancia al simbolismo de las escenas representadas por encima del realismo de la narración o de su carácter estético. En escultura destacaron los sarcófagos, que evolucionaron desde la simple decoración ornamental con molduras cóncavas (strygiles) hasta la narración de escenas en friso. La pintura se dio sobre todo en las catacumbas, con escenas religiosas y alegóricas, y surgió la miniatura, iluminación de manuscritos, con dos principales escuelas: la helenística-alejandrina y la siria. Cobró especial relevancia el mosaico, que tuvo un gran desarrollo, llegando a influir al arte bizantino; los mejores ejemplos se hallan en Santa María la Mayor de Roma y San Apolinar y San Vital de Rávena.

Arte prerrománico

Se denomina así a los múltiples estilos desarrollados en Europa desde la coronación de Carlomagno (año 800) hasta alrededor del año 1000, donde la aparición del románico supondrá la divulgación de un mismo estilo unitario a lo largo de todo el continente europeo. Esta acepción es simplemente una forma de englobar una serie de estilos independientes y con pocos o ningún factor común, con el único aglutinante de ser predecesores de la internacionalización del románico.


Arte carolingio: la coronación de Carlomagno supuso en cierta forma la restauración del Imperio Romano, lo que conllevó un renacer cultural y un primer retorno a la cultura clásica como fuente de inspiración, aunque matizada por la religión cristiana. La arquitectura carolingia se basó en el uso del pilar en vez de la columna, con arcos de medio punto y cubiertas de madera o bóvedas de cañón. Ejemplos de ello son la Capilla Palatina de Aquisgrán y monasterios benedictinos como Sankt Gallen, Fulda y Corvey. La escultura se produjo sobre todo en marfil y bronce, como la Estatua ecuestre de Carlomagno (Louvre). La pintura se circunscribió a la miniatura, con varias escuelas como la palatina, la de Tours, la de Reims y la de Saint-Denis.

Arte Clásica



Se denomina arte clásiconota  al arte desarrollado en las antiguas Grecia y Roma, cuyos adelantos tanto científicos como materiales y de orden estético aportaron a la historia del arte un estilo basado en la naturaleza y en el ser humano, donde preponderaba la armonía y el equilibrio, la racionalidad de las formas y los volúmenes, y un sentido de imitación («mímesis») de la naturaleza que sentaron las bases del arte occidental, de tal forma que la recurrencia a las formas clásicas ha sido constante a lo largo de la historia en la civilización occidental.

Grecia


En Grecia se desarrollaron las principales manifestaciones artísticas que han marcado la evolución del arte occidental. Tras unos inicios donde destacaron las culturas minoica y micénica, el arte griego se desarrolló en tres periodos: arcaico, clásico y helenístico. Caracterizado por el naturalismo y el uso de la razón en medidas y proporciones, y con un sentido estético inspirado en la naturaleza, el arte griego fue el punto de partida del arte desarrollado en el continente europeo.

En arquitectura destacaron los templos, donde se sucedieron tres órdenes constructivos: dórico, jónico y corintio. Eran construcciones en piedra, sobre un basamento (krepis), con o sin pórtico (o con pórtico delante y detrás, es decir, anfipróstilo), con o sin columnas (que pueden ser frontales, laterales, o pueden rodear todo el edificio, en cuyo caso se denomina períptero), y coronados generalmente en forma de frontón, donde destaca el friso, decorado generalmente con relieves escultóricos. Destaca especialmente el conjunto de la Acrópolis, con el templo dórico del Partenón y los jónicos del Erecteión y la Niké Áptera. Otras obras de relevancia fueron el Teatro de Epidauro y la Linterna de Lisícrates, y se desarrolló el urbanismo de la mano de Hipodamo de Mileto. La pintura se desarrolló sobre todo en la cerámica, en escenas cotidianas o de temática histórica o mitológica. Se suele establecer dos épocas, en función de la técnica utilizada en la confección de cerámica pintada: «figuras negras sobre fondo rojo» (hasta el siglo VI a.C.) y «figuras rojas sobre fondo negro» (desde el siglo VI a. C.). Aunque no han llegado numerosas muestras hasta la actualidad, se tiene constancia por fuentes históricas del nombre de varios famosos pintores griegos, como Zeuxis, Apeles, Parrasio, Eufranor, Polignoto, etc.

Roma

Con un claro precedente en el arte etrusco, el arte romano recibió una gran influencia del arte griego. Gracias a la expansión del Imperio Romano, el arte clásico grecorromano llegó a casi todos los rincones de Europa, norte de África y Próximo Oriente, sentando la base evolutiva del futuro arte desarrollado en estas zonas. La arquitectura destacó por su carácter práctico y utilitario: grandes ingenieros y constructores, los romanos destacaron en arquitectura civil, con la construcción de carreteras, puentes, acueductos y obras urbanísticas, así como templos, palacios, teatros, anfiteatros, circos, termas, arcos de triunfo, etc. Al sistema arquitrabado griego añadieron el uso del arco y la bóveda, con el empleo de sillería, ladrillo y mampostería. Utilizaron los órdenes griegos, al que añadieron el orden toscano, de fuste liso y capitel con collarino y equino rematado en un ábaco cuadrado. Entre sus principales obras se pueden recordar el Coliseo, el Panteón de Agripa, el Teatro de Mérida, la Maison Carrée de Nîmes, las Termas de Caracalla, el Acueducto de Segovia, el Arco de Constantino, la Torre de Hércules, etc. La escultura, inspirada en la griega, se centró igualmente en la figura humana, aunque con más realismo, no les importaba mostrar defectos que eran ignorados por la idealizada escultura griega. Un género muy difundido fue el retrato, con gran detallismo y fidelidad en los rasgos, perceptible en el uso del trépano para producir claroscuro y en el hecho de grabar las pupilas. Más idealizados son los retratos de los emperadores, realizados en tres versiones: togata, como patricio; thoracata, como militar; y apoteósica, como divinidad. Destacó especialmente el relieve, en temas históricos o religiosos, como vemos en el Ara Pacis de Augusto, en el Arco de Tito y en la Columna Trajana. La pintura es conocida sobre todo por los restos hallados en Pompeya, donde se perciben cuatro estilos: el de incrustación, que imita el revestimiento en mármol; el arquitectónico, llamado así por simular arquitecturas; el ornamental, con arquitecturas fantásticas, guirnaldas y amorcillos; y el fantástico, mezcla de los dos anteriores, con paisajes imaginarios, variadas formas arquitectónicas y escenas mitológicas. También destacó el mosaico, en opus sectile, de formas geométricas, u opus tesellatum, con pequeñas piezas que forman escenas figurativas, como El sacrificio de Ifigenia en Ampurias o La batalla de Isos en Nápoles.


Arte Antigua


Puede llamarse así a las creaciones artísticas de la primera etapa de la historia, iniciadas con la invención de la escritura, destacando las grandes civilizaciones del Próximo Oriente: Egipto y Mesopotamia. También englobaría las primeras manifestaciones artísticas de la mayoría de pueblos y civilizaciones de todos los continentes. En esta época aparecieron las primeras grandes ciudades, principalmente en cuatro zonas delimitadas por grandes ríos: el Nilo, el Tigris y el Éufrates, el Indo y el Río Amarillo.

Uno de los grandes avances en esta época fue la invención de la escritura, generada en primer lugar por la necesidad de llevar registros de índole económica y comercial. El primer código escrito fue la escritura cuneiforme, surgida en Mesopotamia alrededor del 3500 a.C., practicada en tablillas de arcilla. Estaba basada en elementos pictográficos e ideográficos, mientras que más adelante los sumerios desarrollaron un anexo silábico para su escritura, reflejando la fonología y la sintaxis del idioma sumerio hablado. En Egipto se desarrolló la escritura jeroglífica, con una primera muestra en la Paleta de Narmer (3100 a. C.). La lengua hebrea fue una de las primeras que utilizó como método de escritura el alfabeto (abyad, alrededor del 1800 a. C.), que relaciona un único símbolo a cada fonema; de aquí derivan los alfabetos griego y latino.

Arte Prehistorico


Pintura Rupestre

Las manifestaciones artísticas de la prehistoria tienen su máxima representación en los llamados artes rupestre, mobiliario y megalítico. El primero de ellos, el arte rupestre, recibe su nombre de las paredes rocosas de las cuevas y abrigos en los que se realizaban las pinturas. Estas pinturas representaban fundamentalmente animales y escenas de caza.


El arte rupestre está, sobre todo, representado en España y el sur de Francia. En España destacan las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira y en Francia las de Lascaux. En España podemos encontrar dos zonas de pintura rupestre diferenciadas: la zona cantábrica y la levantina.

En la primera, la cantábrica, las escenas representadas muestran únicamente animales con un alto nivel de realismo y la utilización de policromías. En la zona levantina, las pinturas son más estilizadas y representan escenas de caza en las que aparecen figuras humanas. En esta última zona las pinturas son monocromas. 

El arte mobiliario o arte mueble (también llamado arte miniatura o arte portátil) consiste en figuras y objetos decorativos tallados en hueso, cuernos de animal o piedra o modelados toscamente en arcilla.

Estas figuras son pequeñas estatuillas antropomórficas y zoomorfas talladas en arcilla y piedra. Particular interés ofrecen unas características figurillas femeninas de pequeño tamaño talladas en piedra, denominadas genéricamente Venus. Estas estatuillas tienen una clara tendencia a la esquematización y un especial interés por resaltar los atributos sexuales. De entre las más de cincuenta figuras descubiertas destacan la Venus de Willendorf y la Venus de Savignano. 
Como arte megalítico se reconoce a los monumentos formados por piedras grandes y toscamente labradas, erguidas en solitario o combinadas para formar una estructura, levantadas bien con fines religiosos o bien como lugares de enterramiento o como monumentos conmemorativos de sucesos destacados. Los de Europa occidental pertenecen al neolítico y a la edad del bronce.